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Revelaciones
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Todos de pié. Esta sotana trae consigo responsabilidades de cualquier clase… ricos, pobres, media, alta… todos llegan a pedir consejos, guías y si se puede incluir, algún tipo de perdón que justifique las empanadas que gentilmente han traído como muestra de su aprecio hacia este humilde –y hambriento- servidor.
Uno de los temas predilectos elegido por mis feligreses es el de cómo ayudarles a solucionar problemas relativos a la felicidad. Quieren conseguir, comprar, arrendar o intercambiarla por una semana con todos los gastos pagos en un hotel caribeño. Lo curioso, es que ellos son felices, pero no lo saben, porque por estar ocupados buscando la eterna alegría, dejan pasar en frente de sus ojos esos momentos que iluminan el alma de todos nosotros a lo largo de nuestras vidas.
Yo les digo y les repito, con una frase sabia que encierra todo lo que ellos quieren oír y que… yo… este… no sé explicar. “La felicidad no puede ser real mientras no sea compartida”. Pero si la analizamos la entenderemos más fácilmente, por ejemplo, la pareja que vive con la suegra en la misma casa por unos cuantos días, no verá su felicidad sino con la partida de la suegra. La pareja que ya no se entiende, será feliz el día que alguno de los dos anuncie su partida. El sujeto sediento de conocer el mundo no se sentirá feliz hasta el día que su partida hacia tierras desconocidas se realice. Es decir, las partidas generalmente anuncian que la felicidad toca a nuestras puertas. Si no me creen, pueden preguntarle al apostador en las carreras de caballos y anuncian la partida de la carrera principal por la pista de grama. O al niño que le cambia la cara cuando anuncian que partirán el pastel en una fiesta “El mío con helado” grita sonriente y esperanzado.
En realidad, lo de la felicidad es un tema complicado. Primero, porque según el dicho, la dicha nunca es completa. Es fugaz, para poder disfrutarla totalmente. Y les pregunto: ¿Por qué todas las cosas ricas, tienen que acabarse tan rápidamente? Y les respondo: “yo qué sé”. Pero pregúntenme por qué la gente insiste en comprarla y yo les responderé que… ¡tampoco lo sé!, deben estar ciegos de la mente para no darse cuenta que no se encuentra en vitrinas y que ninguna chequera podría girar suma alguna para adquirirla. Recuerden, antes que nada, la frase mencionada: ”la felicidad para ser real, debe ser compartida”, y leyendo entre líneas también podría entenderse en el sentido de que no es para egoístas ni egocéntricos.
Una particularidad encontrada en los laboratorios de investigación de la parroquia, es que contrario a las leyes físicas conocidas y al creer popular, entre más se divida, la felicidad resultante es cada vez más grande. Qué cómo es eso me preguntarán ustedes y yo les responderé que tampoco lo sé, yo no soy el investigador, tan sólo soy el fundador del Instituto de Investigaciones de la Parroquia.
Bendiciones,
YA ESTAIS DE VACACIONES!!!???,ESO SI QUE ES FELICIDAD!!!
ResponderEliminarCUANDO NOS VEMOS??UY NOS MUESTRAS ESOS BELLOS LUGARES QUE DESCONOCEMOS DE NUESTRA PROPIA CIUDAD??JEJEJ
BESIS A LA SECRE Y UN ABRAZO PARA TI.
ANONIMA DEL SUR TE ACUERDAS??JEJEJ
buaaaaaaaaaaaaaaaa quien sos???? (carita de vergüenza) buaaaaaaaaaaaaaaaa!!
ResponderEliminarah!! bendiciones!!
Desde luego, Su eminencia. Comparto completamente la teoría de que la felicidad para ser real ha de ser compartida. Quien diga lo contrario miente.
ResponderEliminarNo ha de ser muy feliz el que muera enterrado en billetes. ¡¡El malhumor que se le ha de poner pensando que no puede llevárselos con él!!
Gracias por las risas, Cardenal. Le dejo mi correspondiente limosna; aunque no sé yo si le dará para la piscina jajajaja
Ay, padre, que hace muuuucho tiempo que no paso por la parroquia. Conste que esta vez he dejado limosna, vino, penitencias hasta aburrir y un paquete de mongetes con butifarra (ya sabe).
ResponderEliminarY digo una cosita...mientras conversamos sobre la felicidad, que el señor re-parta suerte! ;)
Un abrazo muy grande y un beso para la secre!
Muy buen sermón y suscribo: la felicidad, para ser disfrutada, necesita ser compartida.
ResponderEliminarSe lo extrañaba, su eminencia. La parroquia estaba trsite y demasiado silenciosa! jejeje
Un abrazo...y un significativo óbolo, por supuesto! (que al caribe no se llega sólo con oraciones!)
Un sermón magnífico Cardenal y con el estoy muy de acuerdo.ESo de la felicidad es más bien una actitud de vida, asi que muchos pierden el tiempo buscándola.
ResponderEliminarDejo mi donativo con mucho gusto ya que como dice, que la felicidad para ser disfrutada se ha de compartir, eso quiere decir que también tendré piscina :)
Abrazos para compartir con la Secre
Ave maría purísima!
ResponderEliminarY yo que pensaba que la parroquia estaba cerrada y su ilustrísima metido en un convento de clausura! :O
Pues sí, la felicidad dentro de uno sólo no hace nada. Es como la sabiduría, para regalarla, para compartirla, como el amor! Son esas cosas grandes de la vida para vivirlas en compañía.
Por tanto, como de compartir se trata, me voy directa a la cajita a dejarle medio billete. El otro medio me lo llevo yo. Que sea de provecho!
:D
Besitos compartidos
Y perdóneme, padre, porque he pecado...
Lala
¡Pero cuánta sabiduría se esconde bajo esa sotana!
ResponderEliminarTranquilo, no diré todo lo demás que esconde...ejejeje...
Puede que much@s no sepamos muy bien qué es la felicidad, pero desde luego, tenemos un pequeño atisbo cada vez que nos acercamos a su parroquia.
Por cierto, Carde. Esto de la piscina es un no acabar. Justo cuando teníamos construída la de Pergamino, ahora hay que financiar otra en Rosario.
¿No podría poner una de ésas que se lleva a todas partes? ;P
Pero que no se diga... ahí le dejo una pequeña aportación. Yo creo que le da para los flotadores de salvamento...jejejeje..
Castos besos y recuerdos a la Secre.
Buenas tardes nos de Dios mi querido Padre.
ResponderEliminarPero hay que ver que bien se explica usted, sobre todo en esto de decir dónde está la cajita para limosnas ;P
Felicidad... esa cosa escurridiza que se nos escapa cuando menos lo esperamos, pero como no somos egoistas aqui estamos compartiendola para ver si crece, mas que nada para que nos toke a mas jijiji... Y ya que de repartir se trata, aqui le dejo una monedita exactamente igual a la mia. Los billetitos se fueron de vacaciones y todavia los ando buscando.
Besos castos y puros...
Leonor
Qué bonita reflexión. Es cierto para gozar de felicidad hay que compartirla. Merece una moneda de oro puro esta entrada tuya. :-)
ResponderEliminarTe dejo muchos saludos querido Carde.
Hoy dejo de lado la broma, la "boutade". Déjame que por una vez me ponga serio ( siempre lo soy, o ¿no?) en tu espacio.
ResponderEliminarDices una frase que para mí es esencial: "la felicidad ha de ser compartida". Sabes...ese es el secreto de lo que llamamos misterio de la Trinidad. Que Dios no es un viejo barbudo solitario, malhumorado, ese ojo que todo lo ve y lo fiscaliza y lo apunta en un librote gordísimo, para echárnoslo en cara al final de nuestros días.
¿Sabes un secreto? Ese vino de misa que notas a faltar cada día...es Él que viene a tomarlo y compartirlo con sus amigos y los de su Hijo. Que por cierto...son gente poco recomendable y de mal vivir. Un abrazo: Joan Josep
Carde , Secre , llamar a mi amiga que está esperando vuestras noticias.
ResponderEliminarMi Pc ...en el hospital .... ya, ni doy explicaciones . El día que pueda lo envio al cubo de la basura .
Besitos y llamar a Euge ¡¡¡¡
Gloria
UUUUUYYYYYYYYY!!!!CARDENAL,QUE VERGUENZA!!!NO ACORDARCE DE MI BUENO.. VALLA Y PASA,PERO LA DE LAS FOTOS CON LA JARRA Y HABERME ESCRACHADO...JEJEJMAL,PROMETO ESTA VEZ NO EN JARRA EN JARROONN,JA!JA!JA!
ResponderEliminarESTELA CHEEEEEEEEEE
Hola Carde:
ResponderEliminar¿Cómo estamos?
Escuchando sermones y visitando amigos se me ha hecho tardísimo.
Besos,
SUsana
En busca siempre de nuevos blogs ideas y momentos... te he encontrado en mi camino...y te seguiré leyendo
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