Sermón del Martes: Publicidades

Bendiciones

He notado que la comercialización ha llegado a extremos y si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite decir, a extremos críticos cercanos a cualquier límite. Publicidad en todas partes, por todos lados, en todas las cosas, en cada frase, ya nada se salva de un aviso publicitario.

Si encendemos la televisión y vemos las noticias, el presentador que es un señor bastante serio y formal nos da la noticia del Huracán Dean a su paso por la península de Yucatán: “Señora no camine despeinada por ahí, no olvide su cepillo multicerdas de polietileno galvanizado”.

O el moderador del programa de opinión, que muy disimuladamente le da la palabra al siguiente invitado: ”Señor Martínez, gracias por venir por Pacotilla Airlines, ¿qué opina usted de lo que acaba de decir del conflicto en Irak, el señor Fernández que no sale de su oficina sin sus pastillas de Mentatol para el mal aliento?”

También en la teve vemos anuncios que tapan una buena parte de la pantalla y que no permiten ver nada sobre el programa que transmiten al aire. Pero el colmo, lo he visto en los últimos torneos de selecciones nacionales de cualquier deporte, en los que la tan amada camiseta nacional ha sido comercializada y en lugar de “Selección de tal país” dice “Selección Microsoft”, “Selección Google” o alguna barbaridad semejante.

Por eso he vendido algunos segundos del tiempo en el Confesionario y a partir de esta semana ya se escucha algo así:

- Buenos días hija mía, ¿a nombre del diario La Verdad, que tienes para confesar hoy?

- Buenos días padre, hoy tengo más pecados que la semana pasada.

- Dime hija mía que te escucho gracias a estos auriculares Amplic que me permiten oirte perfecta y claramente.

- Bueno Padre, es que he mentido.

- ¿Continuaste con las mentiras? Mejor deberías continuar lavando el piso con Pisol, que viene en lavandas de Primavera y que contienen esa gotita de limón que desinfecta al mismo tiempo.

- Padre también tuve malos pensamientos, como matar a mi suegra.

- No te preocupes por ello que tu suegra no te visita más que una vez al mes. No olvides comprar Rataplun, que no deja roedores en tu hogar, porque tienen acción prolongada.

- Ya padre, no recuerdo nada más por ahora, ¿qué penitencia me pondrá?

- Mira que hoy estoy generoso, como el Banco Prestamista que ha bajado el interés para los préstamos de vivienda usada, y por ello tan sólo te pondré que reces un Padrenuestro. Ve hija mía, arrodíllate allí debajo de las lámparas Alumbratic y cumple tu penitencia en paz.

Bendiciones,

Copyright ® 2007 Todos los derechos reservados

Technorati Tag: Humor