Cuento: El pajarito cantor

Una vez, en algún lugar del continente americano, cuyo nombre no diré pero que todos conocen como la Argentina, se encontraba un hermoso y bello pájaro que cantaba a todas horas, con un canto fuerte y melodioso y por qué no admitirlo: monótono el silbidito ese, piooooooo… piiio…. piooooiiiooooo…

Su nombre era Pajarón, porque como dijimos antes, era muy grande. Estaba casado con la señora Pájara, que además de ser una ordenadora (no por el orden sino porque daba muchas órdenes), le disgustaba casi todo, tenía el carácter de nuestra amiga... de una amiga nuestra, y le insistía a Pajarón que ya no cantara más, pero él, fiel al llamado de la naturaleza que no le enseñó a hablar sino que le regaló el don de cantar, seguía con su "piooooooo… piiio…. piooooiiiooooo…", a cualquier hora de las 24 del día y… ¡a las de la noche también! Así, Pájara, ¡le pidió el divorcio! ta-ta-ta-tannnnn (música de suspenso se oye en las pantallas de los PC)

Desconsolado Pajarón, empezó su peregrinar por todos los árboles de la ciudad gritando a los cuatro vientos: "piooooooo… piiio…. piooooiiiooooo….". Subía a un poste y cantaba "piooooooo… piiio…. piooooiiiooooo…", pasaba a una cerca y entonaba "piooooooo… piiio…. piooooiiiooooo…", pasaba a una lejos y seguía con su "piooooooo… piiio…. piooooiiiooooo…" hasta que un día... ta-ta-ta-tannnnn (más música de suspenso se oye en las pantallas de los PC)

Escuchó un sonido que le resultaba familiar que provenía de esos matorrales. ¡No! de esos no, de los de la derecha… ¡no! ¡esos tampoco! de aquellossssss, ¡Si! de esos! se acercó rápidamente, para encontrarse pico a pico con… el amor de su vida y el de... ¡bajada!

Pasearon tomados de la mano, volaron tomados de las alas, corrieron tomados de las patas, compartieron lombrices e insectos tomados de los picos y poco a poco se enamoraron retomados de tanto vino espumoso durante la celebración. Planearon entonces unir sus vidas y empezaron a pedir los formularios para hacerse de un crédito para construir su primer nidito… de amor.

Pajarón cada día la quería más. Cada día estaba más enamorado. Y una tarde de primavera arrodillado sobre un ala… (es que el ala era de ella ¡tontos!) le dijo ofreciéndole un anillo de paloma mensajera: "Te amo tanto pajarita que siento que muero de amor"

Un suspiro profundo llenó el parque y Pajarón, cayó muerto, sin vida, todo un cadáver.... ¡¡Había muerto de amor!!

Por la Secre y el Carde

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Bendiciones,

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