Estoy en onda: tengo fobias

 

 

Desde este púlpito hablé antes que los tiempos han cambiado y que ya las cosas no son como antes. Otra prueba de ello es el comportamiento nuestro en el diario vivir. Hoy somos especialistas, en cualquier cosa y todos buscamos la especialización en algo que nos haga notables y que (eso creemos) llame la atención del vecino.

Han visto ustedes que antes la gente decía simplemente: “Tengo que salir, no puedo estar más acá encerrada”. Hoy no. Hoy la misma persona dice: “tengo que salir, tengo claustrofobia”. De esta manera tenemos algo específico que el vecino no tiene, jeje, estamos un paso adelante. El tendrá el televisor más grande pero yo tengo claustrofobia y ¡él no!

Las fobias nos permiten poseer algo único y lucirlo con orgullo.

Aquellos que han ganado el derecho a llamarse kimofóbicos, que sienten miedo a las olas o a sentarse en el borde de una silla por miedo a caerse de narices. Pobres, se la pasan todo el tiempo corriéndose para atrás en los asientos hasta que… ¡se caen de espaldas! que es lo mismo que irse de narices pero al revés.

Pero la ciencia también tiene sus absurdos. La Climacofobia por definición exacta es “miedo a subir escalones o a caer a un piso inferior”! y bueno… y los que sienten miedo de caer a un piso superior ¿no tienen ese estatus? ¿Y si caen dos pisos? que son? biclimacofóbicos, con seguridad. El que se lanza desde la azotea de un edificio de siete pisos, sería un heptaclimacofóbico vuelto papilla.

¿Y los goctofóbicos? que tienen miedo a levantar la mano un poco más de la cuenta y darse una bofetada a sí mismos o sacarse un ojo (también a sí mismos). No quiero imaginarlos a la hora del almuerzo o de la cena, armados con un tenedor. Quizás podrían recibir la ayuda de la esposa… bueno, siempre y cuando no sufran de Ginefobia que es el miedo a las mujeres y por consiguiente no tendrían esposa.

Tampoco la tendrían si sienten Climofobia, que es el miedo a ir a la cama, porque una mujer no se fijaría nunca en un hombre en pelotas, arrodillado y llorando (casi hasta la histeria) al lado de la cama, rogándole que se baje de ella y que no lo obligue a subir allí. Claro está… tendría perdón si tuviera Caliginefobia, que por tenerle miedo a las mujeres hermosas estuviera casado con la bruja del barrio. Yo lo entendería.

Buen y… ¿qué fobia tienen ustedes?

Para las fobias, el tratamiento más habitual es de tipo conductual, que consiste en que un terapeuta enseñe al paciente métodos de relajación para controlar la ansiedad, y lo enfrenta a situaciones estresantes, de modo gradual, para que éste se acostumbre y pierda el miedo, al ganar confianza. Yo admito sufrir de Porfirofobia, busco una terapeuta de buen corazón que me ayudara a vencer mis temores.

Bendiciones

                 

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