Seriedad en la parroquia

 

En estos días de gran revuelo y poco tiempo disponible, a duras penas he podido entrar a revisar la cajita de limosnas. No he podido realizar la otra gran pasión, la de visitar, leer y comentar las entradas de mis amigos, por lo que podría asegurar, que esta semana voy con números rojos. Les pido disculpas por ello, pero intentaré ponerme al día lo más pronto posible.

Quizás alguno ha visto la imagen que pende desde hace unos días en la columna de la izquierda de la parroquia y se preguntará el por qué grito que “¡Mis datos me pertenecen!” Con mucho gusto les explico.

Resulta que hace unos días, en Evaluamos.com, me enteré que Facebook:

“Unilateralmente cambió los términos y condiciones del servicio a: todos los derechos sobre los contenidos que suban o que publiquen son cedidos a Facebook, de manera irrevocable, no exclusivo, perpetuo, transferible, totalmente ya pagado, global y además con derecho a sub-licenciar a terceros para publicar, usar, copiar, transmitir, almacenar, retener, publicar o desplegar, escanear, reformatear, modificar, editar, encuadrar, traducir, adaptar, crear derivados, distribuir por múltiples vías, cualquier contenido del usuario que este suba a o en conexión al servicio de  Facebook, incluidos los enlaces compartidos a los sitios Web de los usuarios o a utilizar su nombre o imágenes para cualquier propósito incluyendo fines comerciales o de publicidad en relación con el servicio de Facebook. Antes al borrar un usuario algún contenido, Facebook perdía sus derechos sobre él”.

Pero la mala fe de Facebook no paraba allí, sino que quedaba totalmente al descubierto mirando un poco más a fondo:

- Estas modificaciones fueron descubiertas por casualidad por un usuario de Facebook.

- Estos cambios NO fueron notificados a los usuarios por ningún medio.

- Tampoco hubo una publicación o un comunicado de prensa para dar a conocer las modificaciones.

- En cambio, sí especificaban en el “acuerdo” modificado que nadie conocía, que “el hecho de continuar utilizando los servicios de Facebook, los usuarios manifestaban su aceptación a los cambios establecidos”.

Así que con la Secre corrimos a Facebook y cancelamos nuestras cuentas antes de que nos robaran hasta la ropa interior. Los enlaces, nuestras fotos, nuestros escritos, el libro de la Secre… ¡todo quedaría de propiedad de Facebook!

Al día siguiente del escándalo, dieron marcha atrás y los términos y condiciones son de nuevo lo que eran antes… pero sólo por un tiempo. Mientras ven como modificarlos sin causar tanto revuelo. El caso es que, como ya lo han manifestado varias veces, pretenden comercializar los datos e información sensible de los usuarios y de alguna manera llegarán a hacerlo en la fecha prevista del 2010, pero con la salvedad que ya ni la Secre ni yo, estaremos allí para ser robados descaradamente.

Por eso desde aquí le comunico a Facebook, que la información que todo el contenido que habíamos subido, la Secre y yo, nos pertenece y que no tienen ningún derecho sobre ellos. Esos datos son exclusivamente de nuestra propiedad y Facebook no puede asomarse a ellos bajo ninguna circunstancia so pena de tener que pagarnos millonarias sumas en dólares de los Estados Unidos de América y de recibir penitencias enormes.

Queda claro que si en los próximos tres días, Facebook no manifiesta su desacuerdo en un comentario en esta entrada, consideraremos que están totalmente de acuerdo con los términos y condiciones de esta parroquia.

Y conste que sí avisamos.

Bendiciones

                            

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